La historia de L’Escairador comenzó hace unos 35 años, cuando nuestro padre –una persona inquieta y obstinada–, movido por un recuerdo del paladar, quiso recuperar un manjar único y muy especial de su infancia: los cereales escairats (es decir, pelados por la misma fricción de los granos entre sí con las muelas del molino). Aquella escudilla de maíz de la abuela, unas gachas con torreznos o forment (trigo candeal) con conejo y setas que sabían a gloria...
Minero de oficio, en casa nuestro padre decidió restaurar cuatro piedras con cientos de años a la espalda que habían sido un molino escairador. Desde aquel momento volvían a recuperar su razón de ser.
Con el paso del tiempo, y sin darnos cuenta, el Josep de Cal Ferrer se había convertido en todo un maestro escairador gracias a la suma del conocimiento heredado de los viejos escairadors y de su propia experiencia.
Después de toda una vida viendo el cariño de nuestros padres por la tierra donde vivimos y este molino escairador, la nueva generación nos animamos a dar un giro a nuestras vidas para empezar un nuevo proyecto: profesionalizar lo que había sido la afición de nuestros padres y, al mismo tiempo, haceros también partícipes de esa experiencia y de ese humilde y a la vez delicioso manjar, que hizo mover piedras...
La voluntad de preservar nuestro patrimonio agroalimentario, nos ha empujado a seguir investigando y mejorar día a día. Y así ampliar la oferta de productos sostenibles, buenos y saludables. Siguiendo la evolución natural, después de granos descascarillados y las harinas sin gluten molidas en la piedra, damos el salto hacia la producción de pasta artesana sin gluten: elaborada de la manera tradicional, sólo con agua y harina.
Maria Costa y Jordi Claramunt
El proyecto "Nova línia de productes de L’Escairador" ha recibido una subvención de 12.964,49€ del programa LEADER, cofinanciado por la UE
"Ampliació obrador agroalimentari" ha recibido una subvención de 11.153,37€ del programa LEADER, cofinanciado por la UE